Foto del verano del 09 libre de pecados jaja xD
Un deporte que empecé a practicarlo por hacer algo,
nunca pensé que llegaría a participar en un torneo de surf de alto calibre,
al cual, se presentaban los mejores, y se optaban a premios de grandes cantidades de dinero en metálico, y tablas de surf de marcas caras que una persona normal, no se podría permitir.
Faltaba una semana para el torneo..
a las 09:00 am debía estar en la playa donde se hacía,
los nervios a flor de piel,
dudas, y pensamientos que se me rondaban por la cabeza,
sentado en la orilla de la playa, pasaba los días pensando,
mirando al horizonte, buscando fuerzas para que todo saliera bien.
Un día, un chico planto su tabla de surf a mi vera,
y tomo asiento al otro lado mio sin decir nada,
le mire de reojo...
Una cara marcada, con el afeitado de dos días,
su cabeza rapada, y sus músculos,
que al sol brillaban dorados, como si en bañera de crema bronceadora se hubiera bañado.
Me miró... y una sonrisa picará soltó, cuando mi enrojecimiento de los pómulos resaltó.
Avergonzado, me incorporé, y salí corriendo hacia el agua,
pues no quería permanecer a su lado pasando más vergüenza.
En el agua refrescado, y más calmado, el chico de musculación dorada, entró al agua..
Mi mirada se clavó en el, no podía dejar de mirarlo, por mucho que lo intentara.
El chico se acercó a mi, mientras que por su cara caían unas preciosas gotas redondeadas de agua, que con suavidad se arrastraban por toda su cara...
-Me llamo Dairomi, dijo el con una voz varonil, con una sonrisa picará.
(El nombre me encantó..)
-Un nombre muy bonito.-dije con voz de pitufo, mi voz no daba para más
-Te presentas al torneo de surf? -dijo el, mientras miraba las olas como rompían contra las rocas.
-Así es ... pero no estoy demasiado animado.
Pasaron unos minutos hasta que Dairomi habló.
-Te vienes a mi casa? .. no es ninguna proposición indecente eh.-Una fuerte carcajada soltó.
-Es que...
-No pongas ninguna excusa, llevas días viniendo a la playa a sentarte a mirar el mar durante horas.
Dairomi cogió todos sus bártulos y los míos, ya no tenia opción para escaquearme.
-Bienvenido a mi hogar... quieres algo de beber?
-Bueno.-aún avergonzado por lo que estaba pasando
·Dos mojitos preparados a mano, que sujetaba en sus esbeltos brazos.
La noche fue transcurriendo, el alcohol iba dando paso a relacionarnos de una manera, sin avergonzarme de nada, hablábamos de todo, del mar, del surf, de cuando era pequeño y me caí de cabeza ladera abajo, de los amores y desamores que habíamos tenido... a las 06:00 am me despedí, ya que era hora de irme a mi casa, y hacer las cosas que tenía que hacer (osea nada de nada, pero por hacerme un poco el interesante.)
Quedaban dos días para el gran torneo, y como todos los días, fui a parar a la misma playa de siempre, a sentarme, y relajarme al sol, intentando no pensar en nada de lo que me pudiera desconcentrar.
Dairomi apareció, creo que nunca me alegré tanto de saber que me iba a desconcentrar del todo, pero que iba a ser por el, algo que yo ya sentía por ese hombre, el cual en la primera noche estuvimos como los mejores amigos del mundo hablando de todos los temas posibles.
-Buenas que tal estás hoy? nervioso?
-La verdad es que no, no estoy nada nervioso, gracias a ti que has llegado.
Su sonrisa perfecta surgió, sus ojos brillaban, como estrellas implantadas en sus pupilas.
-Ven!- dijo con voz grave.
De nuevo en su casa, subimos a la azotea, una piscina central que ocupaba la mayor parte de la terraza, y una hamaca que colgaba de punta a punta por encima de ese agua cristalina.
-Tumbémonos!- Dairomi miraba fijamente la hamaca que se mecía con la brisa veraniega.
Dairomi se tumbó en la hamaca, y dio dos palmaditas en la hamaca, para que yo me recostara junto a el.
-Estás cómodo?
-Sí- contesté con una sonrisa mientras le miraba.
Paso un brazo suyo por encima de mi, para que no me cayera de la hamaca; con el pié dio una patadita contra la pared, para que la hamaca empezara a moverse sin parar.
-Mañana es el torneo, no me gustaría que te pasase nada- su cara se entristeció.
Yo no sabía que contestar al respecto, le abracé con todas mis fuerzas, pues solo podía pensar en el, en ese chico que vino para brindarme amistad, y allí estaba con el, un chico que valía la pena.
Al rato, nos dormimos al sol, mientras la hamaca no dejaba de agitarse suavemente de lado a lado...
Ring Ring el despertador de mi móvil sonó, las 08:00 am, lo paré enseguida, pues Dairomi seguía durmiendo en ese sueño placido, como angelito descansando sobre unas nubes esponjosas...
Pensar, pensar, pensar.... es lo único que hacia en esos momentos,
levantarme e irme y quizás no volverlo a ver?
quedarme, y saltarme el torneo para el cuál me había estado preparando?
Tampoco me costó mucho decidirme, pues elegí el quedarme junto a Dairomi y abrazarlo mientras el soñaba.
......
Pasaron los meses, la felicidad brotaba de nuestras caras, pues los dos nos sentíamos perfectos, surfeabamos juntos las olas, y las miradas no paraban de rebotar como si de un campeonato de tennis se tratase.
Hasta que un día ....
la ola perfecta, una ola que Dairomi cogió a la perfección,
su deslizamiento por aquella masa enorme de agua en movimiento,
era espectacular, un cuerpo definido, los rayos de sol que alumbraban su paso,
por el inmenso tubo que la ola iba creando a su paso.
-Venga guapooooo!- Gritaba yo eufórico.
Mis lágrimas, que iban resaltando de mis ojos, al verlo surcar esa ola inmensa con tal facilidad,
mientras me preguntaba, el por que,
Dairomi me había elegido para estar junto a el,
si yo no soy gran cosa...
Unos segundos después, la ola se cerró impulsando a Dairomi con fuerza contra los corales
que por debajo de un mar en movimiento se afilaban, para arremeter con la vida de Dairomi.
No creía lo que estaba pasando.. por favor que todo fuera una pesadilla!
esto no me podía pasar a mi...
Ceremonia por la perdida de un surfista, familiares y amigos se juntan. Es precioso.
Lo vi... vi a lo lejos, desde la playa, la ceremonia que sus amigos y familiares
estaban dando a cabo, por la muerte de Dairomi.
Yo no podía.... no podía estar ahí con todos ellos,
mi vida se había esfumado con aquel chico,
su sonrisa, sus ojos verdes, sus músculos, su bronceado,
sus detalles, su amor y pasión.. todo esfumado En las olas.
Me dirigí a la playa donde Dairomi surfeo la última ola,
donde le arrebataron su preciada vida,
a la cuál yo quería estar para siempre.
Una ola inmensa, se veía a lo lejos, me adentre en la orilla y espere,
pues la masa de agua arrebataría también mi vida
Solent News & Photo Agency
Se oyó un estruendoso sonido de la ola cuando choco con la arena,
y después un mar en calma que nunca más se volvió a agitar...
Josh: "Live in Peace"
A los que hayáis llegado hasta el final, gracias, pues me explayado demasiado creo, bueno espero que os haya gustado.
Me encantaría aprender a hacer surf, el surcar una ola, y convivir con todos esos surfer@s.
A ver si el año que viene puedo practicarlo bien, puesto que aquí poca cosa se hace.
Un abrazo enorme!